FLAVIO HERRERA. HOMBRE Y POETA EN UNIDAD INDIVISIBLE.

 


Flavio Herrera tuvo su elementología como Hipócrates y Empédocles. Fue fuego y conoció el fuego. Se enamoró del agua, del mar sin mástiles ni velas, con toda la sal creadora, de los ríos que no se cansan de musitar la dulce música, o de los lagos que callan en quietud y se ríen en rizadas ondas.

Amó la tierra con pasión, la tierra propia, la tierra de los dueños autóctonos, la que lleva vetas de mineral riqueza y de sangre de oprimidos, la que se desborda en lujuria geográfica y humana, la que da paz y amor al pan y al trigo, al maíz y al pino, la que erige muros, cercas espigadas y garras de tigres.

         Amó el aire, su transparencia, su libertad, sus aromas, su soplo de ternura materna, su diafanidad nutricia.

Quebró las lentes opacas de sus primeros cuentos,  y construyó un mágico caleidoscopio para componer y descomponer en geometría de colores, el trópico en toda su plenitud y anchura, y para verse a sí mismo como hombre, como poeta, como espectador y espectante, como personaje real o ficticio en sus novelas ardidas en mensaje social e iluminadas por la estética suprema.

Hay tres hombres en Flavio Herrera unidos íntimamente: el homo tropicalis, el homo ludens y el homo edonicus.

Como homo tropicalis su vida era el mismo trópico. Formaba parte de esa tierra tropical, la gozaba sensualmente, y nada dejaba escapar de su ámbito natural y humano. Consubstanciado con la naturaleza y sus personajes reales o imaginados hay en muchos de ellos su carne, su sangre, su espíritu.

El mar, como parte del trópico fue tema de su predilección, él mismo quería una vida humana marinera. El mar es elemento natural en la formación del hombre poeta. Mar es escape, huida, aventura, infinitud más cercana que la celeste, movilidad que no se retiene, profundidad de misterio, buceo de raras luces, formas y colores. 

Flavio Herrera enraizado en el corazón de la tierra tropical, flotante en la infinitud del mar, juega con todos los elementos, y lo lúdico, no es juego fácil, frívolo e inútil. Es juego con lucha, combate, donde las aventuras detonan sus violencias y los riesgos afilan enconos y peligros.



Flavio Herrera, Hombre y Poeta en Unidad Indivisible

TOMADO DE:

Martínez Durán, Carlos; Nuevas Meditaciones y Viejas Crónicas pulidas por el Recuerdo. Con Prólogo “A manera de Propileo”, por León Aguilera. Guatemala: Editorial Landívar, junio de 1974. Páginas 101 a 106.

En la inauguración de la Casa de la Cultura, Flavio Herrera. Palabras pronunciadas por el doctor Carlos Martínez Durán (1906–1974) en la noche del 26 de junio de 1973.

Transcripción y notas por Ariel Batres Villagrán


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FLAVIO HERRERA

Inspirado en el Hai Kai LA LAGUNA

Fotomontaje digital

MAESTRO AXEL MEZA.

 

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